¿Y si a SEAT le obligaran a fabricar un coche de 15.000 € con todo el equipamiento actual?
En 2005, con 15.000 € te comprabas un coche compacto sencillo: 75 CV, radio CD, aire acondicionado, sin ESP, sin sensores, sin ayudas electrónicas.
Hoy, ese mismo modelo cuesta 25.000 €. Pero ahora lleva climatizador, pantalla táctil, 6 airbags, sensores, frenada autónoma, conectividad, etiqueta ECO, y sistemas obligatorios por normativa.
¿Por qué cuesta más? Porque es otro producto. Con más prestaciones y más exigencias.
¿Y la vivienda?
En 2005, una vivienda media rondaba los 1.700 €/m². Hoy puede superar los 2.800 €/m². Pero es otra cosa:
Vivienda media 2005- 2024 70 m²: 120.000 € (≈1.700 €/m²) a 200.000 € (≈2.850 €/m²) +66 %
Ambos han subido, ambos son mejores. Solo uno es atacado por ello.
Imagina ahora un “VPO SEAT León”
Supón que por ley SEAT tiene que vender el 30 % de sus vehículos con todo el equipamiento moderno a 13.000 €, porque lo dice un decreto.
Y que otro comprador paga 25.000 € por ese mismo coche, sin ventaja ni mejora.
El que paga el precio completo, ¿qué incentivo tiene?
¿Quién invertiría en desarrollar ese modelo? ¿Quién financiaría su fabricación?
Y encima… sin financiación real
Vehículos vs. Viviendas: dos industrias, dos trayectorias
En 2005, en España se produjeron 2,75 millones de vehículos y se visaron más de 700.000 viviendas. Ambas cifras apuntaban a una industria potente, con capacidad de producción ajustada al crecimiento económico y demográfico del momento.
Sin embargo, casi 20 años después, la evolución de ambos sectores ha sido radicalmente distinta:
Año 2005 Vehículos producidos 2,75 millones Vs 612.000 vivienda nueva terminada
Año 2024 Vehículos producidos 2,3 millones Vs 98.000 vivienda nueva terminada
Promedios (1995–2008/2010)
Durante el periodo 1995–2008, la media anual de viviendas iniciadas fue de aproximadamente 445.000 unidades.
En el periodo 1997–2010, la media anual de viviendas terminadas bajó ligeramente, situándose alrededor de 419.000 unidades .
Mientras la industria del automóvil ha resistido y adaptado su producción a las nuevas normativas (electrificación, seguridad, emisiones), el sector de la vivienda ha quedado asfixiado entre regulación, presión fiscal y falta de incentivos a la promoción.
Reflexión final
La vivienda no es cara porque sí. Es cara porque ha evolucionado, porque se le exige más, porque el proceso es más largo, más fiscalizado y más incierto. Y, aun así, se pretende que sea más barata que hace 20 años.
Lo peor: se crea un sistema injusto. Mientras unos acceden a viviendas limitadas en precio, con ayudas o convenios, otros pagan el precio libre por el mismo producto. Sin bonificación, sin ventaja fiscal, sin acceso preferente.
¿Qué incentivo tiene construir calidad si el mercado premia lo contrario?
Conclusión
Un mercado no puede funcionar si se legisla desde la urgencia y se ignora la realidad productiva.
No puedes fabricar un Audi con el precio de un Panda.
Y no puedes construir vivienda con calidades de 2024 al precio de 2004, mientras cargas impuestos y exigencias por el camino.
Si el coche ha subido un 66 % y lo entendemos, aceptemos que la vivienda también ha cambiado.
Si no se actúa desde el conocimiento técnico, jurídico y financiero, solo se conseguirá menos oferta, más desigualdad y menos inversión.
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