WIPs: estructuras provenientes de la crisis inmobiliaria, oportunidad, ecologia, desafio y activo rentable?
La crisis inmobiliaria de 2008 dejó tras de sí un enorme stock de estructuras inacabadas y promociones paralizadas (WIPs). Hoy, casi dos décadas después, el contexto ha cambiado: la demanda de vivienda ha repuntado, los costes de suelo y construcción han subido y la presión regulatoria es mayor. En este escenario, reactivar esas estructuras no es sólo una oportunidad financiera, es también una apuesta por la economía circular y la sostenibilidad.
1. ¿Cuántas estructuras siguen sin terminar en España?
El volumen sigue siendo significativo (según obrasnuevas.com).:
130.000 inmuebles paralizados en la Comunidad de Madrid,
26.000 en Andalucía,
16.600 en Cataluña y
15.000 en la Comunidad Valenciana
La Sareb aún gestiona más de 18.500 viviendas inacabadas y unas 70.800 terminadas pendientes de comercialización, con un total de 401.000 inmuebles en cartera (según cincodias.elpais.com).
La mayoría de estos activos se encuentran en localizaciones con potencial real si se adaptan a la normativa y a la demanda actual.
2. Por qué es una oportunidad para el inversor-promotor
Coste de adquisición reducido: fondos y servicers priorizan la liquidez, lo que permite negociar precios por debajo del mercado.
Menor coste ambiental y de tiempo: completar una estructura existente es más rápido y consume menos recursos que empezar de cero.
Alta demanda latente: muchas de estas promociones están en zonas donde la presión residencial ha crecido.
Posicionamiento estratégico: pocos operadores dominan la recuperación técnica y normativa de estos activos, lo que deja espacio para rentabilidades diferenciales.
3. Adaptación y viabilidad: claves del éxito
Auditoría técnica: revisión estructural, patologías y viabilidad para el uso proyectado o cambio de uso.
Replanteo comercial: rediseñar tipologías para adaptarlas a la demanda actual (pisos más pequeños, terrazas, eficiencia energética).
Normativa y licencias: reactivación de licencias caducadas, coordinación con la OCT, técnicos municipales y compañías suministradoras.
Optimización financiera: modelización de CAPEX realista, planificación de flujos y negociación con bancos que financien operaciones con buena estructura jurídica y técnica.
4. Recuperar es también economía circular
La demolición de estas estructuras para volver a edificar no solo encarece el proyecto, sino que genera enormes cantidades de residuos de construcción, difíciles de reciclar (áridos contaminados, hormigones con aditivos, acero corroído).
Reactivar y completar estas obras:
Reduce la huella de carbono hasta un 50 % respecto a construir de cero.
Aprovecha infraestructuras ya ejecutadas (cimientos, redes de saneamiento, acometidas).
Evita la generación de miles de toneladas de escombros, muchos de los cuales acaban en vertederos.
En un mercado donde la sostenibilidad empieza a ser también un factor de financiación —cada vez más entidades premian proyectos con bajo impacto ambiental—, apostar por la recuperación es alinearse con los criterios ESG (Environmental, Social, Governance).
5. Conclusión: recuperar es invertir con visión
El stock de estructuras paralizadas no es un lastre del pasado, es una mina de oportunidades.
Para quien sepa evaluar bien, adaptarse a la normativa vigente y reposicionar el producto, hablamos de márgenes atractivos, plazos más cortos y un argumento comercial alineado con la sostenibilidad.
En Lous Control, gestionamos estas operaciones desde la adquisición al análisis técnico, la coordinación con administraciones y la optimización financiera. Convertimos hormigón olvidado en activos rentables y alineados con la demanda actual.
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